El llaüt tradicional: navegar como lo hacían los mallorquines
Si alguna vez has soñado con volver un rato al ritmo del mar de antaño, subir a un llaüt mallorquín es una de las maneras más auténticas de sentirlo. No es solo un barco bonito: el llaüt encarna siglos de vida costera —la pesca, el cabotaje y la relación íntima entre la gente de la isla y el Mediterráneo— y, hoy en día, ofrece una experiencia turística lenta y muy sensorial.
Un vistazo a su historia
El llaüt no es una moda moderna: aparece ya en documentos históricos antiguos y ha ido evolucionando con el tiempo. Hay referencias documentales que sitúan usos del llaüt en la Edad Media —por ejemplo registros del siglo XIV que hablan de embarcaciones rápidas en rutas entre islas— y, a lo largo de los siglos, el llaüt se consolidó como la embarcación de cabotaje y pesca de las Baleares.
Cómo es un llaüt (sin mitificar)
Técnicamente, el llaüt es una embarcación de casco de madera, con proa y popa redondeadas, cubierta despejada y diseño pensado para estabilidad y maniobrabilidad con vela latina (aunque hoy la mayoría llevan motor auxiliar). Las esloras varían —hay llaüts pequeños de unos 4 metros y versiones mayores—, pero su estética es inconfundible: líneas sencillas, funcionalidad y esa sensación de «barco de pueblo» que transmite confianza.
Un barco para la vida cotidiana y para la historia
Durante siglos el llaüt fue herramienta de trabajo: servía para faenar, para el transporte corto entre calas y para labores de cabotaje. También llegó a tener usos muy diversos —desde tareas de defensa hasta mensajería entre puertos—, lo que explica su fama como embarcación rápida y resistente. Con la llegada de los motores y la industrialización pesquera su uso cambió, pero nunca desapareció: muchas comunidades isleñas lo conservaron por tradición y orgullo local.
De la pesca al paseo: el llaüt hoy
En las últimas décadas el llaüt ha vivido una especie de segunda vida: restauradores, artesanos y marineros lo han recuperado como patrimonio vivo y como embarcación ideal para paseos costeros. Hoy puedes encontrar llaüts habilitados para excursiones, paseos privados o salidas de corta distancia que buscan ofrecer algo distinto a los grandes barcos turísticos: menos ruido, más cercanía al agua y sensación de navegación tradicional.
Sant Elm y Sa Dragonera: escenario perfecto
Una de las rutas más evocadoras para navegar en llaüt es el trayecto entre Sant Elm y Sa Dragonera. Sa Dragonera es un islote declarado Parque Natural que protege tanto la isla como varios islotes cercanos; su condición de espacio protegido y su orografía escarpada lo convierten en un telón de fondo espectacular para una travesía en embarcación tradicional. Desde Sant Elm el cruce es corto (es la puerta de acceso más habitual) y las vistas de la costa oeste de Mallorca son de las más limpias y salvajes de la isla.
La historia ambiental de Sa Dragonera también está marcada por la movilización ciudadana: la ocupación de activistas a finales de los años setenta y las acciones posteriores fueron determinantes para que la isla quedara protegida y no fuese urbanizada; hoy es espacio natural y zona de especial protección para aves y hábitats marinos. Navegar alrededor de la isla tiene ese componente de respeto por un paisaje que la sociedad local ayudó a salvar.
¿Qué se siente a bordo de un llaüt?
Subir a un llaüt es desprenderse de la prisa. Las velocidades son moderadas, el ruido es menor y la sensación de proximidad al agua —el vaivén, el olor a sal, la brisa que entra por la cubierta— es más intensa que en embarcaciones más grandes. En rutas como Sant Elm–Dragonera suele haber paradas para baño o snorkel, tiempo para explorar calas y, si la salida coincide con la tarde, puestas de sol inolvidables desde cubierta. Muchas empresas locales (incluidas las que organizan excursiones a Dragonera) ofertan precisamente ese tipo de experiencia: mar, naturaleza y tradición.
Consejos prácticos para disfrutarla
- Lleva calzado que se sujete bien y que puedas mojar (zapatos de agua o sandalias con sujeción).
- Protector solar, gorra y agua: la exposición es directa.
- Si te mola el snorkel, trae tu equipo; muchas salidas permiten parar a nadar en calas transparentes.
- Respeta las zonas protegidas y sigue las indicaciones de la tripulación (sobre todo en áreas de nidificación o reservas).

El llaüt tradicional
¿Por qué elegir un llaüt para tu excursión?
Porque ofrece una mezcla difícil de igualar: autenticidad, conexión con la cultura marítima local y una forma pausada de contemplar la costa. Para quien busca algo más que postales, el llaüt es un vehículo que cuenta la historia de Mallorca con cada ola. Si quieres comprobarlo por ti mismo, consulta las salidas desde Sant Elm y las opciones de excursión a Sa Dragonera —hay oportunidades tanto para paseos cortos como para rutas con baño y pequeños aperitivos a bordo. (Cruceros Margarita)